Un atardecer, una puesta de sol en la Albufera, en esta época del año es un verdadero placer, donde podremos disfrutar de unos bellísimos tonos de colores muy diversos y donde cada atardecer siempre es diferente.
Las puestas de sol en la Albufera son algo más que un ocaso, en el cual podremos disfrutar de un conjunto muy diverso de maravillas, que la naturaleza nos regala tanto en el lago como en sus alrededores.
Esta época del año, otoño-invierno, coincide con lo que aquí llamamos la «perellonà», momento en que el parque natural de la Albufera muestra su máxima esplendor, recordando sus orígenes del siglo XVIII con unas catorce mil hectáreas inundadas.
¿De dónde proviene la palabra “perellonà” y qué significa?
El nombre de la «perellonà» viene de la gola del Perelló y el Perellonet, donde se encuentran los perellones, que son las compuertas que separan la Albufera del mar, junto a la gola del Pujol. Es la época del año donde la Albufera tiene su mayor nivel de agua. La “perellonà” comienza el día 1 de noviembre y termina el día 1 de enero, es decir, su duración es de dos meses, pero últimamente esto ha cambiado y se prolonga a últimos de enero o principios de febrero.
¿Cuáles son los motivos?
La “perellonà” se ha retardado por varios motivos, tanto hídricos, ya que al llover menos, tarda más en llegar al nivel de la “perellonà”, como por razones del parque natural en vistas a mejorar la estancia de miles de aves que invernan en la Albufera y de otras tantas aves, que utilizan sus campos del arroz como zonas de descanso y comederos para proseguir sus rutas migratorias, siendo de vital importante para ellas.
Por otra parte, esta es la época de descanso de los campos de arroz, que coincide con la “perellonà”, desde la cosecha del arroz, al comienzo de la nueva temporada, el «eixugó», como en un artículo anterior explicamos.
En esta época del año son muchas las aves que nos acompañan y nos deleitan con sus vuelos y cantos, como son los flamencos, el morito común, los patos, los corvoranes o los aguiluchos laguneros, ofreciéndonos algunas tardes una puesta de sol inolvidable.
Desde la barca iremos observando todas estas aves, mientras el horizonte se va transformando en una paleta de colores, que se refleja en sus tranquilas aguas. En ese momento, podremos disfrutar de un atardecer mágico en este paraíso de la Comunidad Valenciana.
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